Y cuando una cree que tiene el mundo a sus pies, zum!!!, te lo arrebatan sin aviso previo, una cree estar preparada para todo...al fin y al cabo las mujeres traemos en los genes ese pack "use solo en caso de emergencias", pero hay ocasiones en las cuales ni el famoso pack te salva.
Es diferente cuando se te cae el mundo a los treintaysiempre años...es un replantearse para que cresta estoy aquí, una reflexión que lleva tiempo (escaso en esta época inmediatista), una reflexión que debes hacer sola, sin la compañía de los amigos y tus seres queridos, porque sería explicar algo que aun no tienes claro...tienes la vaga esperanza que se abra el cielo y baje el pulento para tomarte de la mano y llevarte al camino de luz, pero es mas factible que baje la bencina antes que ocurra lo otro...
Despertar así, llenas de dudas, es un martirio, es no encontrar el descanso que todos necesitamos, es un divagar de ideas que vuelven loco a cualquiera.
Pero insisto, lo mas difícil no es encontrar las "respuestas", lo difícil es explicar este proceso, explicártelo a ti... que también eres parte de esto.
He atravesado el desierto varias veces, no voy a negar que en mas de uno de esos recorridos he querido secarme al sol, bajar los brazos y decir ¡basta!, me rindo...he llorado a mares, he sentido odio profundo de ese que quema del susto, pero basta con ver la cara de mi pequeña y el bálsamo vuelve a suavizar las heridas.
Hoy no sé lo que haré de mi vida, tampoco tengo mucho tiempo para replantearme y hacer el ejercicio de la "reflexión", la vida sigue compañera...las mismas dudas que tiene usted las tengo yo, los mismos miedos a paralizar los sentimientos, las mismas inquietudes y los mismos cuestionamientos...dos cabezas con dudas no ayudan a esclarecer todo esto, el daño puede ser mayor aun...
buscando y buscando en el pack de sobrevivencia encontré algo que tal vez nos sirva: tiempo...ya sé cual es la pregunta que viene a continuación, pero no sé la respuesta....
El tiempo ayuda a crecer, no a olvidar.
