martes, agosto 01, 2006

BOLSITA DE AGUA

Recuerdo que cuando pequeña me caracterizaba por llorar ante la más mínima provocación, mis primos se burlaban, si por ejemplo no me gustaba la comida y me apretaban para comer...yo lloraba, fue así como gané el despreciable apodo de "bolsita de agua"...
Siempre que tengo mucha pena, recuerdo mi apodo y lloro...
Anoche fue uno de esos días.. en que esperas que tu pareja se duerma para levantarte en cuclillas avanzar hasta la terraza, encender un cigarrillo y sentarte a respirar el humo....
Confieso que lloré, largo y tendido... a ratos sentí que el alma se me desgarraba del desconsuelo y el abandono, en la complicidad de la oscuridad vomité mis desilusiones; mis fracasos; mis tristezas y mis errores.... aún así no hallé consuelo...
Abatida encendí otro cigarrillo, solo para recordar si en algún momento me molestó la soledad, y no encontré ningún recuerdo por vago que fuera en el cuál mi soledad no estuviera conmigo, ha sido mi perro guardián..
Descansé... y no molesté a nadie con mis pensamientos ilógicos, con mi tapón de amargura en medio de la garganta quemandome a cada momento....
Es la pena tonta (así la denomino yo) esa pena que aparece sin previo aviso, esa que entra con bombos y platillos a tu vida.... pena tonta.... anoche no pude ignorarte...fuiste implacable pena tonta...
Recordé la canción de Fito Paez, mi favorita, Al Lado del Camino... quisiera que al morir pusieran esa canción... (volá mía) en fin, hay una estrofa que dice:
"Tendré que hacer lo que es lo debido,
tendré que hacer el bien y hacer el daño
no olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano..."
Sin dudar podría decir que definitivamente he hecho más daño que bien... puede ser que eso me acongoje , también puede ser la conciencia, que a ratos su peso es mayor de lo que puedo soportar (más que mal, no puedo dejarla siempre en un sueño, tiene vida propia).
Me gustaría hacer el bien, pero me pregunto: ¿ quién no quiere hacerlo?
Los que tenemos hijos concordaremos en decir que deseamos que nuestros retoños, sean hombres y mujeres de bien... o sea, ¿nadie es malo? ¿a raíz de qué reaccionamos dañando al prójimo?
Después de pasarme de frío un buen rato en la terraza, despues de 5 o 6 puchos, y bastantes lagrimones y llanto desquiciado he llegado a esto:
Cuando uno actúa mal, le duele más al ejecutor... a mi me duele haber hecho mal (sin canutismos de por medio) me duele mucho... y eso me hace pensar que no soy tan mala (no es reconfortante) que si me importa es porque aún puedo mostrar un gesto de humanidad... en fin... no somos nada...